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La Cultura Digital es la libertad
de las personas por transferir libremente la información unida a la capacidad
de tener acceso rápido al conocimiento que anteriormente era difícil o
imposible encontrar.
Todo está sujeto a nuestro tiempo, tejemos nuestra historia mediante relaciones con nosotros mismos, con los otros, con lo otro, en la cultura digital debemos analizar cómo se está dando esa relación con nosotros mismos, ya que adquirimos diferentes identidades; la real, con la que convivimos todos los días, la que se muestra en las redes sociales o la que adoptamos a través de los medios de comunicación. Desde esa perspectiva qué identidad asumimos para relacionarnos con los otros, si observamos nuestra comunicación entre una y otra identidad cambia desde el tono, la formalidad hasta la codificación, creamos un lenguaje para relacionarnos con cada miembro de nuestra comunidad digital.
Entonces la idea de que nuestra
historia es irrepetible, única, lo es, pero ahora de forma exponencial, ya que
hacemos uso de nuestra historia pero en cada sociedad digital la contamos de
acuerdo a las normas virtuales que la condicionan.
Las tecnologías de información y comunicación han penetrado tan rápidamente en la cotidianidad de nuestras vidas, nos ha transformado individual y socialmente, estar conectados a la gran red es ahora una necesidad individual, la agenda pública ahora se rige por la voz populi de las masas a través de las redes sociales, un líder de opinión ahora es cualquier individuo con acceso a Internet.
Una de las características de la
cultura digital consiste en la eliminación de tiempo y espacio en materia de
comunicación o de información. El proceso de comunicación se da en tiempo real
al hecho o suceso del que se informa y es también en tiempo real e inmediato que
se da la retroalimentación de dicha información, lo cual enriquece el contenido
de dicha realidad desde diferentes perspectivas.
“Actualmente, las redes sociales se
convierten en el principal medio de comunicación para generar opinión pública.
De aquí se alimentan los medios tradicionales”, dijo a CNN México Álvaro
Gordoa, vicepresidente y consultor de Grupo Imagen Pública.
Quizá lo novedoso de esta presencia
digital consiste en la imposición de un nuevo paradigma cultural, social y
económico cuyo sustento es la idea de compartir, comunicar y colaborar. Ahora
una noticia no sólo es cubierta por algún periodista, sino el hecho es
documentado con imágenes, vídeos u opiniones de cualquier persona que está en
el lugar de los hechos y cuente con un dispositivo móvil y acceso a Internet.
Se trata de un nuevo sistema relacional,
individual y colectivo que se introduce en las personas como una manera de
vivir, de ser, de hacer, de convivir y por ello se habla de una revolución
digital, la cual nos lleva a desarrollar nuevas habilidades necesarias para
acceder a esa cultura digital.
- Autoconocimiento y capacidad de autocrítica
- Autoestima
- Identidad personal
- Adaptación
- Control emotivo
- Curiosidad, imaginación
- Capacidad abstracción, de razonamiento y reflexión
- Autenticidad
- Responsabilidad
Internet es una nueva forma de
relacionarnos, pero no sólo con los que compartimos el espacio próximo sino con
la comunidad global, un asunto local, se convierte en mundial al ser subido a
la red y visto por millones de usuarios. La
cultura digital es una cultura que globaliza y nos hemos dejado con ella
globalizar.
Sin embargo, las
nuevas tecnologías de la información y comunicación pueden separar más que
unir. Estrechan la comunicación entre quienes las utilizan, pero excluyen a
quienes no.
La exclusión social se produce
cuando hay personas o grupos sociales que no pueden participar plenamente o
contribuir a la sociedad debido a la negación de los derechos civiles,
políticos y culturales, por causas y efectos de la pobreza, la discriminación y
la desventaja.
Así,
en un futuro inmediato aquellos ciudadanos que no sepan desenvolverse en la
cultura y tecnología digital de un modo inteligente (saber conectarse y navegar
por redes, buscar la información útil, analizarla y reconstruirla, comunicarla
a otros usuarios) no podrán acceder a la cultura y el mercado de la sociedad de
la información, tendrán altas probabilidades de ser marginados culturales en la
sociedad del siglo XXI.
Este
analfabetismo tecnológico provocará, seguramente, mayores dificultades en el
acceso y promoción en el mercado laboral, indefensión y vulnerabilidad ante la
manipulación informativa, incapacidad para la utilización de los recursos de
comunicación digitales.
En
la sociedad digital hay tres tipos de ciudadanos: nativos digitales (de 0 a
30 años); inmigrantes digitales (de
31 a 55 años) y turistas, que visitan la gran red, a veces la disfrutan,
ocasionalmente la utilizan sin saber bien como usarla.
Los usuarios
de Internet en México, en el 2010, en gran mayoría son adolescentes de entre 12
y 17 años de edad y el 60% es menor de 24 años de edad, enfocando sus
actividades cibernautas en envíos de internet, mensajería instantánea o chat,
ver y bajar fotos o videos y acceso a redes sociales; invirtiendo un tiempo
promedio de conexión de 3 horas, 32 minutos, once minutos más que en 2009.[i]
Esto
nos permite prever que la desigualdad tecnológica agrandará todavía más las
distancias culturales y económicas entre unos y otros grupos sociales.
Internet
es una gran recurso para la información, la comunicación, los negocios, el ocio,
almacena y distribuye una inmensa cantidad de datos que pueden servir para
generar información, pero lamentablemente la mayoría de nuestros jóvenes que
tienen la posibilidad de estar conectados, no accede a información para generar
conocimiento sino es más bien un pasatiempo en el que se navega con ocio y sin
sentido.
Estamos entrando a este periodo de la humanidad en el que tenemos que buscar y encontrar nuevos caminos para unificarnos como humanidad, lo hemos hecho compartiendo nuestra historia ya sea como sociedad específica o como humanidad, descubriendo vestigios materiales del acervo cultural de las grandes civilizaciones plasmados en códices, monolitos, murales, libros, placas, etc.
Una preocupación personal es cómo se
va a materializar nuestra historia en esta cultura digital, ¿qué testimonios de
nuestra civilización dejaremos para las generaciones posteriores? ¿Cómo
conocerán a nuestra sociedad sin vestigios materiales? ¿Será suficiente el
acervo virtual que almacene la noosfera de nuestra historia?
REFERENCIAS
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